El martes 9 de abril tuvo lugar en Artchimboldi de la calle Córcega de la Ciudad Condal el tercer Debate de Directivos de la Asociación Española de Directivos. Los Debates Directivos pretenden facilitar espacios de networking entre los socios de AED donde debatir y compartir inquietudes, intereses e ideas en el ámbito profesional, organizativo y social.
El acto fue presentado e introducido por Conxita Marlés, miembro de la Comisión de Participación Social de la AED, quien dio la bienvenida a los presentes y explicó la relevancia del tema que fue objeto de debate para el desempeño de la función directiva en el contexto actual.
A partir de aquí los más de 20 asistentes, distribuidos en mesas de debate de entre 4 y 6 personas, abrieron el debate y elaboraron propuestas en relación a las oportunidades y riesgos del uso de las redes sociales en el entorno corporativo y personal de los directivos y propusieron varias formas o consejos para una gestión eficiente de las mismas. Dicho proceso tuvo una duración de unos 40 minutos aproximadamente.
Conclusiones del tercer Debate Directivo de la AED
Las conclusiones presentadas por los portavoces de los diversos grupos del tercer debate de directivos de AED son las siguientes:
1. Las redes sociales son un fenómeno creciente, imparable e incuestionable desde una perspectiva de estrategia empresarial.
2. Las redes sociales consumen tiempo, y no está claro que sea un tiempo de calidad; no sustituyen la vida real. Pueden acumular o añadir valor, pero la riqueza de lo presencial no lo permiten las redes sociales.
3. Permiten acotar distancias y acceder a muchas personas, recuperar capital relacional y gente perdida. Se trata de una herramienta que sirve para buscar y para ser encontrados, es muy útil para encontrar información de otras personas.
A nivel corporativo, si están bien gestionadas, las redes sociales favorecen la estrategia de marketing, son un altavoz para transmitir la actividad empresarial, te permiten conocer información sobre los clientes actuales y los clientes potenciales, proveedores, la competencia, etc.
4. Todo directivo tiene una identidad digital que debe administrar tanto a nivel personal como empresarial. La pregunta es:
¿Cómo o de qué forma quieres ser encontrado en las redes sociales? ¿Qué quieres que se sepa de ti? Aspectos públicos vs aspectos privados.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la marca o reputación personal que se crea de una persona en las redes sociales también se basa en aquello que los demás ponen sobre ti.
5. Se ha de hacer un uso COHERENTE y con sentido común desde un punto de vista profesional.
6. Las redes sociales favorecen la inmediatez en la atención al cliente de las organizaciones. Por esta razón, no solo las empresas deberían tener una estrategia concreta de presencia en la red, también sus profesionales (en la medida en la que éstos generan desde la visión profesional y acreditada una determinada imagen de empresa).
El prestigio de una organización también pasa por prestar atención a la información que se difunde sobre ella y lo que dicen sus profesionales en las redes sociales. Las redes son herramientas devastadoras y fulminantes, a corto plazo, del prestigio y reputación de una organización.
7. En las redes sociales, el límite de lo personal y de lo profesional es difícil de dibujar con lo que se ha de encontrar el equilibrio como directivo.
Además, las redes son cada vez menos especializadas: Facebook ya no es tan personal como era antes y LinkedIn ya no es tan profesional.
8. La legislación no está a la altura del fenómeno para regular los malos usos o malas prácticas que se derivan. Hay que vigilar con los peligros que comporta la permanencia de la información en las redes, la delincuencia digital, la geolocalización, la suplantación de la personalidad….
Existen iniciativas legislativas a nivel europeo que pretenden regular el fenómeno y contemplar el derecho a ser olvidados o a olvidar cierta información publicada en las redes (actualmente, la Unión Europea está debatiendo en Bruselas la regulación del uso de los datos en redes sociales, revisando la ley vigente que data de 1995).
Conclusión final:
Hay que estar presentes en las redes sociales, tanto a nivel personal y profesional como a nivel corporativo, con una estrategia clara y coherente y un objetivo concreto.