En 1771 el Abate Dinouart publicó un breve libro titulado «El arte de callar». El libro se estructura en dos partes; en la primera el Abad presenta los principios necesarios para callar, las diferentes especies de silencio y sus causas; en la segunda centra su reflexión en la escritura y lo aborda desde la observación de que se escribe mal, se escribe demasiado, se obvian escritos que deberían ser abordados y, finalmente, se presentan los principios necesarios para explicarse por los escritos y los libros.
Me gustaría destacar alguno de estos principios que, sin duda, siguen vigentes más de 250 años después y que recomiendo especialmente en lo que podríamos llamar «El arte de escribir tweets».
– «Nunca se debe dejar de contener la pluma si no se tiene algo que escribir más valioso que el silencio». ¿Cuántos de los tweets que has leído hoy valían realmente la pena?
– «Hay un tiempo para escribir y un tiempo para contener la pluma». Observa los retweets que has tenido y verás lo que valía la pena haber escrito y lo que, posiblemente, no hacía falta.
– «No hay menos debilidad o imprudencia en contener la pluma cuando uno está obligado a escribir que ligereza e indiscreción en escribir cuando se debe contener la pluma». Revisa los tweets y comprobarás que no hay tanta valentía como pudiera parecer.
– «El hombre nunca es más dueño de sí que cuando se aplica a contener su pluma; si no toma esta precaución, escribe demasiado y se derrama, por así decir, fuera de sí mismo; de suerte que se pertenece menos a sí mismo que a los demás». Siempre se ha sabido que aquello que se escribe y publica ya no es de uno; pero hay quien lo ha olvidado y sigue escribiendo mails creyendo que, una vez publicado, siguen siendo suyos.
– «Cuando se tiene algo importante que escribir, debe prestársele una atención particular. Hay que pensar a menudo en ello y, tras esas reflexiones, volver a pensarlo todo de nuevo para no tener motivo de arrepentirse, cuando uno ya no es dueño de retener lo que ha escrito». Principio que se opone frontalmente a la incontinencia twitera.
– «Si uno se inclina a creer que un hombre que no escribe carece de talento, y que otro que abruma con escritos al público es un loco, más vale pasar por carecer de talento no escribiendo que por loco, dejándose arrastrar por la pasión de escribir demasiado». Como siempre, la contención (también en los tweets) es una buena consejera.
Cambian las tecnologías, pero quizás las personas no hemos cambiado tanto.
Fuente original (en castellano): Blog SingularNet.
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