Los directivos se enfrentan cada día a situaciones conflictivas a todos los niveles, que tienen un impacto directo en la actividad de sus compañías. Estas situaciones, combinadas con el entorno cambiante, interconectado y complejo de la actualidad, hacen los procesos de toma de decisiones sean cada vez más importantes, y que la figura del líder ocupe un papel esencial en el éxito o el fracaso de la compañía. David Cabero, director general de BIC Europa y autor del libro «Decidiendo. En tiempos de paz y de guerra», ha aportado su punto de vista al respecto en el espacio Foro Directivos.
La combinación perfecta para una buena decisión: según el directivo, para que una decisión sea correcta y tenga un impacto positivo, hay que “encontrar el equilibrio” entre tres factores: “la intuición, la reflexión ya la anticipación”. Una mezcla que ejemplifica de la siguiente manera:
- La intuición del póker: “En una partida de póker las circunstancias son siempre diferentes, no tienes toda la información disponible, imaginas, piensas qué cartas tienen tus adversarios, y tomas una decisión final, sin estar nunca seguro”, explica Cabero, que asegura que con la intuición se puede ganar la partida.
- La reflexión del ajedrez: “La situación está clara, la información es total, conoces las piezas del oponente, ves su juego y cada vez que mueves una ficha tomas una decisión, y decisión tras decisión vas viendo si ganas o pierdes”, declara.
- La anticipación del laberinto: para Cabero, “cuando hay una sola salida, la forma de ganar es entender el juego, tomar decisiones en función del tipo de circunstancia que tienes delante, intentando pensar en cuál será la mejor decisión”.
El riesgo de la multipolaridad: Según el experto, actualmente “hay varias placas tectónicas que están generando un seísmo geopolítico a nivel mundial”. En ese sentido, la dificultad para un directivo reside en entender “la multipolaridad”, es decir, saber tomar decisiones teniendo en cuenta que éstas van a impactar y van a estar influenciadas por conflictos actuales como “la situación económica, la energía, la guerra, etc”.
El papel del directivo: Cabero defiende la importancia de “aplicar la cultura deportiva a la empresa”, ya que “cada posición es importante, cada uno tiene un rol, y la coordinación del equipo es la clave del éxito”. Para ilustrarlo, pone cuatro ejemplos:
- El equipo: clave porque “dependes de los demás, aprendes a ganar, a perder y también tomar decisiones en conjunto”.
- El capitán, “que debe ser una referencia en el equipo”.
- El portero, “que ve todo el juego y es una ventaja que ha de saber utilizar”.
- El entrenador o cuerpo técnico, “que debe ser el director de orquesta, honesto, que promueva el aprender dentro de la empresa y que sea referente”, concluye.
