José Bethencourt: «La gestión del cambio permanente es hoy el gran paradigma»

 

El talento y la innovación bien gestionada ayudan a las empresas a ser más competitivas, pero no es tarea sencilla gestionar ambas dimensiones. El consultor de Talento e Innovación en ProgTalent Consulting, José Bethencourt, en una entrevista en el programa Foro Directivos de Radio Intereconomía, nos explica cuáles son las necesidades actuales de los trabajadores, en qué consiste el salario emocional y qué cambios organizacionales se están produciendo en las empresas.

 

 

 

 

Escucha la entrevista completa aquí:

 

¿Qué es exactamente un consultor de Talento e Innovación?

 

Durante mi carrera profesional he trabajado tanto con talento como innovación; fui responsable de Recursos Humanos de una multinacional y apoyé proyectos de innovación desde el sector público. Cuando decidí afrontar, precisamente en el año 2020 este proyecto personal, entendí que esas dos dimensiones de las empresas, debían estar unidas. Posiblemente, la propia circunstancia del momento me haya llevado a esa conclusión. Ahora pensamos y nos relacionamos de manera diferente, nos preocupan otras cosas, tenemos otros desafíos, trabajamos de manera diferente y eso hay que gestionarlo porque el cambio se gestiona. Innovación no significa solamente incorporar un nuevo software y  tecnología en nuestros procesos de automatización, sino que las personas son la clave. Para mí, las personas deben estar en el centro de las organizaciones, tanto clientes como los miembros del equipo. Yo propongo una manera más humana de gestionar las organizaciones y eso me ha conducido a unir la gestión del talento y la innovación, a trabajarlas de forma conjunta, para así ayudar a las empresas a ser más competitivas.

¿Con la pandemia hemos dado un giro hacia el entorno rural? 

 

Sin duda. El entorno rural tiene que aprovechar la oportunidad que se le presenta, no se trata de que todo el mundo tenga la casa en la sierra, en el campo o en la playa, sino que el medio rural aproveche el foco para atraer talento también. En la ayuda y colaboración a los territorios entra la gestión del talento e innovación. En esta nueva manera de entender las relaciones, de virtualizarlo todo, el hecho de trabajar con clientes que nunca me he tomado un café, me ha permitido colaborar con personas de otros lugares, fuera de Canarias, en toda la Península, en Hispanoamérica. Esto representa una oportunidad que todos debemos aprovechar porque permite sumar otras miradas y perspectivas a tu proyecto.

¿Debemos de aprovechar todas las nuevas profesiones que vienen a traer oportunidades como las relacionadas con la Inteligencia Artificial, el Big data, entre otras, después de la pandemia?

Primero, las organizaciones tienen que saber que existen esas disciplinas, porque sino vamos a tener muchísimos profesionales preparados que no van a encontrar hueco en las organizaciones porque estas no son conscientes de la necesidad, o porque no las han interiorizado. Entonces, hay que identificar cuáles son las necesidades cada organización, buscarlas y luego, retenerlas. eso es la gestión del talento. Gestionar talento también significa retribuir convenientemente, asegurar el compromiso de los equipos con los objetivos corporativos. En definitiva, más que una oportunidad, es una necesidad.

¿La remuneración va a cambiar después de la pandemia?

 

Cada día se habla más del salario emocional, las personas no pretendemos solamente que las organizaciones cubran nuestras necesidades básicas para mantener un buen nivel de vida, sino que también buscamos un clima adecuado, que nos dirijan de cierta manera, queremos jefes que no sean tan directores sino más facilitadores, buenas condiciones de trabajo. Todo eso que llamamos salario emocional, cada día forma más parte de la retribución. Tampoco busca lo mismo una persona de más de cincuenta años que un joven de treinta, por tanto, hay que personalizar las retribuciones en función de las necesidades de cada colectivo.

¿La gente busca mayor flexibilidad y libertad?

Sin duda, y cuando hablo que las personas tienen que estar en el centro de las organizaciones es porque tenemos que ser las organizaciones las que nos adaptemos a las personas, ni el cliente ni el empleado se van a comprometer con nosotros y con la empresa porque sí. Se van a comprometer con nosotros porque satisfacemos sus necesidades. El cliente porque le damos un producto o servicio adecuado y el trabajador porque estamos creando las condiciones adecuadas para que se desarrolle. Esa flexibilidad que al final se convierte en personalización en las organizaciones, es muy importante.

En las organizaciones para las que trabajas, ¿cuesta asimilar este discurso o se acepta?

Afortunadamente, hay muchos profesionales y empresas que piensan de esta manera y son conscientes de ello, de que necesitan una opinión externa, más objetiva, fuera de la vorágine del día a día. Todavía quedan muchas organizaciones que no son conscientes de esa necesidad pero las circunstancias actuales han llevado a muchas empresas a darse cuenta de que quizás venían desatendiendo la experiencia del cliente y que el compromiso del empleado es muy importante.

¿La experiencia del cliente se ha puesto en el centro del negocio últimamente? 

A mi me gusta trabajar esa disciplina desde el empleado, ya que creo que el compromiso de este es esencial para crear una buena experiencia al cliente. Y hoy en día, preocupa más que nunca últimamente porque todo lo tenemos a golpe de clic. A través de un teléfono móvil decidimos si queremos suscribirnos a un canal de televisión o a otro, si queremos comprar una cosa u otra y esto no es patrimonio exclusivo de las grandes empresas, el comercio electrónico esta al alcance de todo tipo de organización de cualquier tamaño. Todo eso hay que gestionarlo, por lo tanto, es necesario que haya profesionales en el mercado.

¿Qué cambio ha sido el más importante, en esta etapa, en la forma de organizar los equipos?

Cuando comencé en el mundo de los recursos humanos se hablaba de gestión de personal porque lo que importaba era gestionar nóminas, después, pasamos a llamarlo gestión de personas y ahora, estamos hablando de gestionar talento, esto no es solo una cuestión lingüística, los términos son una consecuencia del cambio de paradigma. Ahora preocupan cosas diferentes, los trabajadores buscan cosas en las organizaciones más allá de un salario justo y digno y las empresas se han tenido que adaptar. Con esto cambian las necesidades de las organizaciones, se sofistican los procesos de captación, nos preocupa que la persona se sienta cómoda en la empresa desde el primer día, los on-boarding comienzan a ser cada vez más importantes. La gestión del cambio permanente es hoy el gran paradigma.

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