El domingo 26 de mayo, los ciudadanos de toda España vuelven a ser llamados a las urnas para decidir, en esta ocasión, la composición de los gobiernos locales. Independientemente de las formaciones que acaben integrando los gobiernos de los ayuntamientos, los futuros gestores municipales deberán hacer frente a una serie de retos estratégicos que las principales ciudades españolas tienen ante sí en un entorno de cambios muy condicionado por el desarrollo tecnológico y los criterios de sostenibilidad medioambiental. Hemos querido conocer la opinión de varios socios de la AED sobre cuáles son estos retos y estas son sus conclusiones:
Para Alfonso Jiménez, socio director de Peoplematters, en Madrid “una de las prioridades es que resulte atractiva para el talento joven en términos de oportunidades profesionales, recursos, calidad de vida, actitud inclusiva, hospitalidad… Estamos en un entorno de gran competitividad por el talento y éste elige dónde vivir. Los países, las regiones y las ciudades van a competir por atraer y retener el talento”. Reflexiones, din duda, aplicables a cualquier ciudad española.
Jesús García, director de Desarrollo de EY, expresa que unos de los principales objetivos de su ciudad, Valencia, debe ser «conseguir crear un acuerdo de la ciudadanía para poder integrar la nueva movilidad urbana con la movilidad tradicional». García considera prioritario «abrir Valencia al mar» y que la ciudad se vuelque en apoyo al sector turístico, obteniendo «una experiencia grata de los turistas».
En el ámbito empresarial, entre los retos a tener en cuenta se sitúa «apoyar la implantación de empresas multinacionales y de emprendedores en Valencia», así como «seguir apoyando y ser una ciudad pionera en smart city«. Las infraestructuras también son un elemento sobre el que mejorar. En este terreno García señala que hay que «apoyar las comunicaciones del Puerto de Valencia y las comunicaciones con Barcelona por el norte y Alicante por el sur». Como rúbrica, García propone potenciar el papel de Valencia como organizador de eventos de ámbito internacional.
En Canarias es Oliver Alonso, presidente del Grupo Domingo Alonso, quien nos da su opinión sobre los retos de Las Palmas de Gran Canaria. Alonso considera que la sociedad canaria vive un momento de cambio y se ve afectada, entre otros, por la situación disruptiva que caracteriza el sector de la automoción. En este ámbito, además de abrir la puerta a formas de movilidad que llevan años funcionando en Europa y el resto del mundo, como Uber y Cabify, la ciudad «debe fomentar herramientas como el motorsharing y el carsharing e incentivar la movilidad eléctrica». La llegada de los vehículos eléctricos es inminente y las instituciones públicas deben ser pioneras, en opinión de Alonso, en «abrazar el cambio, adaptando infraestructuras, procesos y ordenanzas para ofrecer una mejor experiencia de movilidad para sus ciudadanos y visitantes».
Alonso también aboga porque una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria se convierta «en un lugar estratégico donde explotar nuevas oportunidades turísticas, tecnológicas e industriales». Con medidas más abiertas y menos regulación se permite el desarrollo de negocios por parte de los ciudadanos que a su vez consigan incentivar la llegada de inversión de fuera. Alonso reclama al futuro gobierno municipal que impulse «un desarrollo que pase por convertir la ciudad en un referente en términos de digitalización y transformación digital de sus empresas e instituciones».
Cerramos el repaso con la opinión de Marian Muro, directora general para España de Grupo Julià, con las expectativas que tiene para Barcelona. Muro concentra la atención del próximo gobierno municipal de la ciudad en la «conciliación entre el turismo y el residente local». Esto paso por «reducir las externalidades negativas del turismo», tomando como referencia actuaciones que se han llevado ya a cabo en otros países con muy buenos resultados.
En el ámbito de promoción de la ciudad hay que poner el foco en «trabajar la calidad versus la cantidad». Para ello los responsables municipales deberían centrar los esfuerzos entre «aquellos nichos de mercado de países que nos interesan».