Los presidentes de los consejos territoriales donde AED tiene presencia física (Madrid, Catalunya, Comunitat Valenciana, Galicia y Canarias) han valorado las conclusiones aportadas sobre la situación actual por el Foro Económico Mundial -más conocido como Foro de Davos-, celebrado entre los días 22 y 25 de enero.
Amparo Bertomeu, presidenta del Consejo de AED en la Comunitat Valenciana, señala que «en el contexto global en el que nos movemos, cualquier decisión de un país en materia económica, política o comercial afecta de lleno a las empresas extranjeras». Por ello, apunta que «el conocimiento de la geopolítica será clave para las empresas a la hora de decidir la inversión que supone establecerse en un país». En la misma línea su homólogo en Galicia, Manuel Fernández Pellicer, al considerar que “la empresa fuertemente internacionalizada debe estar muy atenta a los conflictos que actualmente se están produciendo en el mundo y adaptar sus decisiones a los escenarios que se vayan presentando». En este sentido, el presidente del Consejo de AED en Madrid, Juan Carlos Gallego, destaca que «la estabilidad o inestabilidad política de determinados países, las guerras o incluso las amenazas de guerra, los ataques de ciberseguridad, etc. influyen en el comercio mundial y, como consecuencia, en el futuro de las empresas. José Juan González, presidente del Consejo canario, recuerda la crisis del Brexit y la «guerra arancelaria entre EEUU y China» como ejemplos de un «panorama complejo» que afectará «a la economía mundial y, por tanto, los resultados empresariales».
La incorporación definitiva de la mujer a puestos clave y de dirección fue otros de los ítems del foro de Davos. Sobre este aspecto, González recuerda que «está probado que cuando hay mujeres en la dirección de las empresas se perfeccionan los estilos de liderazgo, y como consecuencia de ello, hay una mejora en los resultados». Desde Catalunya, el presidente del Consejo, Antoni Peris subraya la necesidad de que «el progreso y desarrollo profesional se base exclusivamente en las capacidades personales y profesionales, independientemente del género» y añade que la incorporación de la mujer en puestos de dirección «será claramente positiva al aportar un enfoque y sensibilidad diferentes sobre la forma de abordar los retos y proyectos de la gestión, y se potenciará la complementariedad en los estilos tanto de dirección como de relación y gestión de personas». Juan Carlos Gallego, por su parte, asegura que «impulsará la creación de una cultura donde la diversidad siempre sumará» y además, «contribuirá al desarrollo profesional basado en la meritocracia». Para Amparo Bertomeu, este es un asunto clave para afrontar el futuro de las empresas con acierto: «la diversidad en todos los sentidos es enriquecedora y va a obligar a tomar decisiones mucho más consensuadas, lo cual, será a ser del todo enriquecedor», opinión que coincide con la de Manuel Fernández Pellicer cuando señala que «será positivo» porque «mejorará la igualdad hombre/mujer y enriquecerá la calidad global de los directivos en las empresas, ofreciendo puntos de vista diversos con ciertas diferencias a los masculinos que optimizará la toma de decisiones».
Uno de los riesgos que implica la transformación digital es la más que probable destrucción de empleo que actualmente es útil pero que, probablemente, en un futuro será automatizado. Según Peris, «toda transformación profunda como la digital conlleva cambios relevantes y profundos en las formas y organización del trabajo, como ya ha sucedido en las anteriores revoluciones industriales» y propone que «la formación continua, la capacidad de adaptarse y cambiar, los planes educativos a todos los niveles orientados a las necesidades futuras de empleo y las políticas activas para gestionar la transición» como elementos fundamentales para afrontar la nueva era y evitar la destrucción de empleo. José Juan González se muestra optimista de cara al futuro: «habrán muchos nuevos trabajos para nuevos perfiles de profesionales. Lo importante es que este país no pierda el tiempo y empecemos a trabajar ya los profesionales del mañana». La presidenta de AED en la Comunitat Valenciana señala como receta que «a mayor formación y especialización, menor riesgo de destrucción de puestos de trabajo», mientras que Fernández Pellicer señala que «el saldo neto» entre la eliminación de puestos de trabajo hoy existentes y la creación de nuevos «puede ser positivo si las empresas cambian y se adaptan a la nueva realidad y si los profesionales también se forman y adaptan». Por su parte, Gallego apunta que «en este proceso es fundamental la flexibilidad y la formación continua de los empleados para adaptarse a las nuevas situaciones creadas».