2020-2030 Tendencias para la nueva década (IV): personas
Cerramos el análisis de las tendencias que van a marcar en los próximos años el mundo de los negocios -que hemos venido publicando en las tres últimas entregas de NewsAED- poniendo el foco en las personas. En concreto, en los directivos y su rol de liderazgo en el entorno de la Cuarta Revolución Industrial (4RI).
Inteligencia artificial, Blockchain, robotización, big data, ciberseguridad, 5G, Machine Learning, Smart Mobility, globalización, geopolítica, sostenibilidad, flexibilidad, diversidad, nuevo talento, formación, organizaciones con propósito… Todos estos elementos han aparecido y han sido analizados en las tres entregas anteriores, y todos ellos condicionan, en mayor o menor medida, el perfil de los líderes empresariales de los próximos años.
Liderazgo flexible
El proceso de cambios constantes que experimenta el entorno empresarial va a crecer exponencialmente durante la próxima década, por lo que una de las características principales del nuevo liderazgo ha de ser la capacidad de adaptarse de forma rápida a los mismos. Debemos aprender a movernos cómodamente en este escenario. El líder debe ser flexible y saber manejar las cualidades y características de los empleados para adaptarse a equipos plurales, que cada vez más combinarán la presencia de personas con la inteligencia artificial.
La llegada de nuevos avances tecnológicos está motivando la aparición de nuevos puestos de trabajo. No en vano, se estima que cerca de la mitad de los que existen ahora se habrán perdido en 2030. Empleados y directivos deben adquirir pues nuevas capacidades y mejorar sus habilidades. Por ello, debemos contar con una formación continua. El talento cualificado será más necesario que nunca en el futuro a corto-medio plazo que dibuja la 4RI.
La dirección de las compañías debe funcionar de forma más colaborativa y romper con las estructuras jerárquicas clásicas. Las nuevas generaciones -incorporándose ya al mercado de trabajo- y las no tan nuevas requieren de formas de liderazgo distintas. Así, nos encaminamos hacia un liderazgo inclusivo mediante el que debemos ser capaces de desarrollar todo el potencial de nuestros equipos. Unos equipos que operarán no necesariamente desde la oficina: debemos estar preparados para poner en marcha espacios de trabajo inteligentes, apostar por el teletrabajo e incrementar la relación con trabajadores externos.
Liderazgo centrado en las personas
Una de las tendencias que más impacto va a tener en la estrategia interna de las organizaciones se enmarca en el concepto de la experiencia del empleado. La organización debe pensar en el bienestar de los trabajadores para conseguir que se sientan parte del proyecto. Debemos conseguir que la suma del todo sea superior a la suma de las fuerzas individuales que componen nuestro equipo. Por ello, muchas organizaciones están invirtiendo ya en programas para mejorar la vida laboral, poniendo el eje de su estructura en la persona.
Liderazgo sostenible y con propósito
Instituciones y empresas deben involucrarse y trabajar conjuntamente para conseguir resultados satisfactorios en la lucha contra el cambio climático. Para revertir esta situación límite a la que se enfrenta el planeta, o más bien las personas que lo habitan, tanto las organizaciones como sus líderes han de comprometerse con el desarrollo sostenible del entorno en el que operan.
El nuevo talento que llega a las organizaciones se declara en un porcentaje muy elevado capaz de cesar su relación laboral si la empresa no cuenta con un propósito. Se trata éste de un concepto anglosajón -el purpose– que debe aportar a aquellos actores que lo persiguen una mayor legitimidad en su actividad empresarial y un futuro mejor a las generaciones venideras. Como consecuencia de ello, en esta nueva era de los negocios directivos y empresas deben abrir horizontes y buscar no únicamente el máximo valor para el accionista.
Liderazgo innovador
En la era del cambio, un líder debe desarrollar su capacidad emprendedora y ser capaz de detectar las tendencias globales y la conexión óptima entre tecnología, diseño, recursos y talento. Debemos aprovechar la tecnología para generar valor y crear nuevos productos y servicios que colmen las necesidades de nuestros clientes y que estén alineados con el propósito de nuestra compañía. Debemos comportarnos con prudencia y tomar riesgos controlados, con conocimiento de causa (datos). Para desarrollar las soluciones adecuadas a los retos económicos, sociales y ambientales debemos seguir avanzando, pero midiendo y acotando el riesgo. En este entorno, algunas compañías buscan ya nuevas oportunidades de negocio potenciando la diversidad y la economía circular.
Liderazgo ético
Las empresas debe involucrarse cada vez más en aspectos sociales. Desde nuestra posición de privilegio, los directivos debemos mostrar un compromiso claro con el interés general. Esto, como recoge el Código Ético de los Directivos impulsado por AED, exigirá a las organizaciones una mayor responsabilidad, ser más transparentes y, como comentábamos anteriormente, tener un propósito. Todo esto no puede llevarse a cabo si no es poniendo la ética en el trasfondo de nuestra actividad profesional, ejerciendo un liderazgo responsable, en sintonía con los ODS de Naciones Unidas. Debemos evitar iniciativas dañinas para el medio ambiente, el fraude fiscal o sistemas de compensación ejecutiva desmesurados. Y debemos también velar por crear, sin dejar de lado –obviamente- la eficiencia económica, un impacto positivo en la comunidad en la que operamos.
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