De la jornada laboral de 4 días se viene hablando desde hace tiempo sin haberse logrado hasta la fecha un consenso sobre si los aspectos positivos prevalecerían sobre las desventajas, lo que ha generado un intenso debate y no pocos interrogantes: tener un día más de descanso favorecería la conciliación de los empleados, pero ¿se vería afectada la productividad de las empresas? ¿Es aplicable esta medida solo a sectores como el tecnológico? ¿Serviría realmente como gancho para reclutar talento joven? ¿Debe conllevar o no una reducción salarial? ¿Qué conclusiones han extraído las empresas que han probado ya este formato?
A todas estas preguntas dan respuesta nuestros expertos Ana Arroyo, responsable del departamento de Selección y Desarrollo de Personas de Software DELSOL, y Raúl García, Socio Director del área Laboral de EY Abogados, en una nueva sesión online, de la que desgranamos sus principales conclusiones.
Reducir la jornada y mantener la retribución, ¿es sostenible a largo plazo?
Para muchos directivos, la principal incógnita se centra en cómo pasará factura la implementación de la jornada de 4 días en la cuenta de resultados. Según Raúl García (EY Abogados), la sostenibilidad de este modelo va a depender de “un cambio de mentalidad, tanto en la organización de las empresas como en los sindicatos, intentando abandonar el modelo de medición del tiempo de trabajo para cambiarlo por un modelo de medición de resultados”. Y añade que también es necesario “un adecuando marco normativo que permita afrontar el reto”. Por su parte, Ana Arroyo, en cuya empresa -Software DELSOL- se aplica este tipo de jornada, asegura que “no por estar más horas trabajando dentro de la empresa, eres más productivo” y que “seguimos facturando y seguimos creciendo, y eso indica que somos productivos y que vamos por el buen camino”.
¿Café para todos?
García ha hecho hincapié en la actual cultura laboral de España, en la que “tenemos muy arraigados el presencialismo y las prolongaciones de jornada”, afirmando que “la jornada de cuatro días supone un reto a nivel organizacional que para muchas empresas puede no ser factible”, ya que “la adopción de este modelo no es café para todos y se puede convertir en una desventaja competitiva frente al resto los competidores del sector”. Frente a esto, “se va a requerir un cambio de mentalidad hacia un modelo de retribución de resultados, que no puede ser aplicable de forma lineal para todos los trabajadores de la empresa y que debe tener una implementación gradual”, asegura. Un reto que también se ve reflejado en los contratos, ya que “se debería pasar de un contrato de tiempo completo a tiempo parcial”.
Conciliación, reducción del absentismo y mejor organización, las principales ventajas
Dejando de lado los retos de implementación de este modelo, “es indiscutible que de cara al trabajador este tipo de fórmulas constituyen un banderín de enganche y, si están bien gestionadas, son una ventaja competitiva frente a otras empresas del sector”, señala el directivo de EY Abogados.
Para la responsable de personas de Software DELSOL, la clave está en que “se trabaja igual o más, porque se aprovecha mejor el tiempo”, y destaca la conciliación como principal ventaja. En esa línea ha destacado la notable reducción del absentismo laboral, ya que “los trabajadores aprovechan su día libre para hacer las gestiones personales”.
Respecto a la coyuntura del estrés que puede causar para los empleados afrontar la misma carga de trabajo en un tiempo menor, Arroyo sostiene que “el trabajador siempre está estresado, trabaje 10 horas o 7”. En ese sentido, defiende que “es cuestión de organizarse” y de “un cambio en la cultura de la empresa”, que pasa por reuniones más breves y efectivas, compañerismo y una mejora en la gestión de la agenda.
Ver el vídeo de la sesión sobre la Jornada laboral de 4 días