Ajustes en la fiscalidad española pueden mejorar nuestra competitividad manteniendo la recaudación
En AED Live realizamos este mes de enero un análisis sobre la competitividad fiscal en España. El webinar estuvo moderado por Albert Collado, presidente de la Comisión Jurídico-Fiscal de AED y socio de Garrigues, y reunió a Bernardo Soto, responsable del Área Fiscal de la CEOE, y a Cristina García-Herrera, directora de estudios del Instituto de Estudios Fiscales.
Durante la sesión, Soto destacó que España ocupa un puesto bajo en el Índice de Competitividad Fiscal debido a la alta carga impositiva sobre empresas y ahorro, así como al mantenimiento de impuestos poco eficientes, como el de patrimonio. Los expertos coincidieron en que algunos ajustes ayudarían a atraer talento e inversión manteniendo la recaudación. Resumimos a continuación los puntos más destacados de esta interesante conversación.
1. Estructura de ingresos del modelo fiscal español
Cristina García-Herrera explicó que el sistema tributario español se basa en gran medida en la tributación sobre las rentas del trabajo, que generan el 51,4% de los ingresos fiscales. Los impuestos al consumo representan el 25,6%, mientras que los gravámenes al capital aportan un 23,5%. Señaló que España es uno de los países europeos que menos grava el consumo, debido a un uso extendido de tipos reducidos y exenciones en el IVA, lo que alivia la carga sobre los hogares y a su vez reduce la recaudación potencial.
2. Competitividad fiscal respecto a Europa
Bernardo Soto destacó que España ocupa el puesto 33 de 38 en el Índice de Competitividad Fiscal 2024 que elabora la CEOE; 2019 estaba en la 23ª posición, de forma que la competitividad ha empeorado estos últimos cinco años de forma ostensible. Este descenso se debe a la elevada carga impositiva sobre empresas y ahorro, lo que dificulta la atracción de inversión extranjera y talento. Aunque la recaudación tributaria ha aumentado un 30% desde la pandemia, el déficit público no se ha reducido debido al crecimiento del gasto público, que en 2023 alcanzó el 107,7% del PIB. Para Soto, el problema no es de ingresos, sino de eficiencia en el gasto público.
3. Impuesto sobre Sociedades
La directora de estudios del Instituto de Estudios Fiscales explicó que este impuesto tiene un papel complementario en términos recaudatorios frente a las grandes figuras tributarias del sistema. El tipo nominal ha descendido en 10 puntos en las últimas reformas del impuesto, situándose hoy en día en un 25 por ciento, entre 3 y 5 puntos por debajo de las grandes economías europeas, y 3,5 puntos por encima de la media aritmética de la UE. La tendencia debería ser no incrementar el tipo y ampliar las bases imponibles. Hay que tener en cuenta que la compensación de bases imponibles negativas, acumuladas durante la anterior crisis económica, explica en gran parte la dinámica recaudatoria del impuesto sobre sociedades actual y del futuro.
Soto añadió que, a pesar de la presión por aumentar la recaudación, subir este impuesto afectaría negativamente la competitividad de España. Señaló que, comparativamente, el impuesto sobre sociedades español está en la media europea y que un mayor gravamen desincentivaría la inversión.
4. Fiscalidad del ahorro y patrimonio
Soto destacó que España es el único país de la Unión Europea que mantiene un impuesto general sobre el patrimonio, lo que lo convierte en una excepción en la fiscalidad del ahorro. Argumentó que este impuesto, introducido en los años 70, ya no tiene justificación en el contexto actual, pues los tipos de interés han bajado y los mecanismos de control fiscal han mejorado. Señaló que varios estudios internacionales han demostrado que el impacto negativo del impuesto sobre el patrimonio en la economía supera ampliamente sus beneficios recaudatorios.
Por otro lado, García-Herrera mencionó que hay un renovado interés internacional en la tributación del patrimonio y la desigualdad. Señaló que, aunque España es el único país de la UE con un impuesto sobre el patrimonio neto, en otros países existen modelos alternativos, como gravámenes a bienes inmuebles o activos financieros.
5. Tendencias futuras y propuestas de reforma
García-Herrera explicó que, según la OCDE y la UE, España podría aumentar su recaudación fiscal con un mayor enfoque en la tributación del consumo, reduciendo los tipos reducidos y exenciones del IVA en lugar de aumentar la carga sobre empresas y ahorradores. También sugirió que España podría armonizar el Impuesto de Sucesiones a nivel nacional para evitar desigualdades entre comunidades autónomas, así como adecuar el impuesto sobre el patrimonio a las tendencias fiscales internacionales contra la desigualdad.
Por su parte, Soto insistió en la importancia de mejorar la eficiencia del gasto público en lugar de incrementar la presión fiscal. Consideró fundamental revisar la estructura del sistema fiscal español para hacerlo más competitivo y atractivo para la inversión y el talento.