El contexto geopolítico internacional y la política económica condicionarán el crecimiento de la economía española en 2025
La economía española ha demostrado una notable resistencia en los últimos años, con un crecimiento que ha superado las expectativas iniciales. Sin embargo, de cara a 2025, el avance del PIB, estimado en un 2,5%, estará sujeto a la evolución de diversos factores clave. La incertidumbre global, la inflación persistente y la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) marcarán la trayectoria económica del país en los próximos meses. Estas han sido las principales conclusiones del último AED Live titulado «Perspectivas económicas para 2025» en el que han participado Sofía Rodríguez, Chief Economist y subdirectora general del Banco Sabadell, y José Manuel González Páramo, consejero y profesor de economía en IESE. Durante la charla, moderada por Xavier Brossa, vicepresidente primero de AED, también se ha profundizado en los desafíos estructurales del mercado laboral y de la vivienda, que seguirán siendo un obstáculo para la estabilidad a largo plazo.
En este contexto, existe una percepción generalizada de que el crecimiento económico español sigue dependiendo en gran medida de factores externos, como la demanda interna y el turismo. Según Sofía Rodríguez, Chief Economist y subdirectora general del Banco Sabadell, la debilidad del entorno europeo y las tensiones geopolíticas podrían condicionar la evolución económica del país. Por su parte, José Manuel González Páramo, consejero y profesor de economía en IESE, enfatiza que, aunque la moderación de los tipos de interés podría facilitar el acceso al crédito, la prudencia de los mercados financieros podría limitar la inversión empresarial.
Este escenario cobra especial relevancia en un contexto en el que la inflación sigue siendo un reto para la política monetaria del BCE. El profesor de economía en IESE advirtió de que la «última milla» de la desinflación está resultando más compleja de lo esperado, lo que podría retrasar la bajada de tipos y afectar tanto a la financiación de las empresas como al consumo de los hogares. A esto se suma que el mercado laboral y la vivienda presentan desequilibrios estructurales que limitan la competitividad económica y la calidad de vida de los ciudadanos.
Para la subdirectora general del Banco Sabadell, los recortes en los tipos de interés pueden contribuir a sostener el crecimiento en 2025, aunque se deben más a la debilidad de la eurozona que a una necesidad interna de España. Sin embargo, este alivio monetario podría no ser suficiente si no se abordan las ineficiencias en el mercado laboral y la crisis de acceso a la vivienda. González Páramo destaca que uno de cada cuatro hogares enfrenta dificultades para adquirir o mantener su vivienda debido a la falta de oferta y la regulación del mercado, lo que seguirá presionando al alza los precios en 2025.
Por otro lado, los sectores del turismo y el consumo interno continúan siendo pilares fundamentales para la economía española. No obstante, su dinamismo podría verse amenazado por la debilidad del comercio exterior y la volatilidad geopolítica. La evolución de estos factores será clave para determinar la estabilidad económica del país en los próximos meses, lo que hace necesario un seguimiento continuo del contexto global y de las decisiones del BCE.