Germán Suárez, presidente y CEO de Astican, compartió su visión estratégica sobre el presente y futuro del sector naval durante el ciclo DiálogosAED, organizado por la Asociación Española de Directivos (AED). El encuentro, celebrado en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria, fue presentado por Ignacio Medina, CEO de Binter y miembro del Consejo de AED Canarias, y reunió a directivos del archipiélago interesados en la evolución del sector marítimo-industrial.
Suárez destacó que la rentabilidad y la sostenibilidad deben ser los pilares sobre los que se construya el futuro de la industria. Afirmó que Astican descartó desde el inicio la construcción naval, ante la imposibilidad de competir con países asiáticos como Japón, Corea o China, que operan a costes hasta un 40% inferiores. En cambio, defendió la reparación naval como una actividad que permite competir “con rapidez, calidad y buen servicio”.
Otro de los focos de su intervención fue el relevo generacional en la dirección de la compañía, tras suceder a su padre después de 40 años de liderazgo. En lugar de reproducir el modelo anterior, Suárez apostó por una gestión basada en la transparencia, la delegación de responsabilidades y una estructura organizativa colaborativa. “No se trata de tener departamentos cerrados, sino de construir una organización con paredes de cristal”, explicó.
El modelo de “astillero de síntesis” adoptado por Astican combina una plantilla fija de 130 trabajadores con subcontratación especializada en función de la carga de trabajo. En momentos de máxima actividad, pueden operar entre 700 y 800 profesionales en sus instalaciones. Esta misma estrategia ha sido implementada en el astillero de Balboa, en Panamá, donde en tres años han consolidado un equipo joven y capacitado, replicando el modelo de Las Palmas.
La innovación y la transformación tecnológica también ocuparon un lugar central en su intervención. Suárez insistió en que “la industria naval no puede quedarse atrás en la digitalización y la eficiencia energética”, y recalcó la importancia de automatizar procesos y optimizar recursos para asegurar la viabilidad del negocio a largo plazo.
Por último, puso en valor el impacto económico del sector naval en Canarias. Citando estudios del Ministerio de Industria, señaló que “por cada euro facturado por un astillero, se generan más de tres euros en la economía local”. También subrayó el papel estratégico del puerto de Las Palmas durante la pandemia, al mantenerse operativo y contribuir a la recuperación económica de la región.

















































