Convertir una empresa familiar en un grupo global no es fruto del azar, sino de decisiones estratégicas, visión a largo plazo y liderazgo con criterio. Así lo demostró Andreu Pintaluba, director general del Grupo Pintaluba, durante su intervención en los Diálogos AED de la Asociación Española de Directivos (AED) celebrado el pasado 27 de marzo en el Círcol de Reus (Tarragona). El empresario compartió las claves que han llevado a su compañía a consolidarse como referente internacional en nutrición animal.
“Vendemos vitaminas, minerales, enzimas… Todo aquello que permite optimizar el crecimiento de los animales”, explicó, comparando su producto con “las letras pequeñas de una caja de cereales”. Su especialización y visión de mercado los han llevado a convertirse en un actor clave en el sector de los aditivos para piensos, especialmente en la industria porcina, donde España es el tercer productor mundial.
Pintaluba identificó tres hitos estratégicos que cambiaron el rumbo de la compañía. El primero, la adopción del modelo de distribución exclusiva en los años 80: “Empezamos con fabricantes europeos y americanos. Nos dimos cuenta de que podíamos ser los distribuidores exclusivos en España”, reveló.
El director general del Grupo Pintaluba explicó cómo, con la entrada de España en la Unión Europea, los aditivos para piensos, que antes se trataban como suplementos simples, pasaron a estar regulados con exigencias similares a las de los medicamentos. Esto obligó a la empresa a reconvertir parte de su producción para cumplir con estándares farmacéuticos. Como respuesta, tuvieron que reinventarse y fundaron una nueva planta de producción en el año 2000, adaptada a esta nueva normativa, de la mano de la administración sanitaria.
El tercer hito fue el cambio estratégico a partir de 2015. El grupo identificó una necesidad urgente de crecer ante un contexto difícil. A partir de ahí, apostaron por abrir nuevas filiales propias en mercados cercanos y conocidos, siendo Italia el primer paso lógico por su proximidad y conocimiento del entorno. “Decidimos que teníamos que crecer sí o sí. Italia fue un primer paso y después vinieron Eslovenia y Rumanía”.
Innovación desde la especialización
Lejos de quedarse en la inercia del negocio consolidado, el grupo Pintaluba ha apostado por la innovación en productos muy concretos. El director general destacó también la apuesta por la innovación en productos altamente especializados, como los aditivos que neutralizan micotoxinas presentes en las materias primas o los llamados aromas y palatantes, que mejoran el aroma y sabor del pienso para estimular su consumo por parte de los animales, y reveló que han invertido 1,8 millones de euros en un proyecto de I+D que ha permitido escalar una nueva línea de negocio hasta los 5 millones de facturación.
Además, subrayó el rol de la sostenibilidad, tanto en eficiencia energética como en colaboración con clientes: “Estamos en un proyecto con Calidad Pascual para reducir el metano en vacas lecheras”.
Mirada global, espíritu familiar
El directivo también compartió los retos que enfrentan en materia de talento y relevo generacional. “Tenemos acordado un plan claro de sucesión en Grupo Pintaluba. También hace un año apostamos por profesionalizar el Consejo de Administración con la incorporación de tres asesores (futuros consejeros): un experto en empresa familiar, un directivo experto en finanzas y un tercero experto en la gestión del crecimiento y expansión de las empresas.”, explicó. Sin embargo, alertó sobre una realidad que afecta a muchas pymes: “El mayor reto es el talento joven. Hoy cuesta encontrar gente con compromiso”.
La compañía mantiene un equilibrio entre expansión internacional y valores familiares. “Hemos abierto desde cero en Argentina, Brasil, Italia, … Siempre con socios de confianza y compromiso”, afirmó. Asimismo, el empresario aseguró que el secreto ha sido siempre “construir desde la confianza” y estar dispuesto a asumir riesgos: “Nos hemos jugado mucho en países complicados como Argentina. Lo único que te salva es tener a alguien de confianza allí”.
El cierre de su intervención fue una reflexión sobre el reto común de toda empresa europea: “En Asia y América quieren construir. Nosotros tenemos que recuperar ese espíritu”.