El regreso del proteccionismo comercial está marcando el arranque de 2025. Así lo atestigua el último informe Consenso Económico y Empresarial, elaborado por PwC a partir de las respuestas de un centenar de empresarios, directivos y expertos económicos. El estudio, correspondiente al primer trimestre del año, alerta sobre el impacto que tendrán los cambios geopolíticos —particularmente en torno a la Administración Trump— en el crecimiento económico mundial, la inflación y las cadenas de suministro globales.
Un 72% de los panelistas anticipa la subida de los aranceles que ayer 2 de abril anunció la Casa Blanca, mientras que el 76% anticipa un repunte de la inflación por el encarecimiento de los costes de producción. Además, el 54% augura una caída del crecimiento mundial de hasta dos décimas en 2025, a la que se sumaría un freno en los beneficios empresariales (46%) y despidos en las regiones más afectadas (34%).
El informe subraya que la guerra comercial impulsada por Estados Unidos no tendrá ganadores claros: el 81% de los expertos señala a la Unión Europea como una de las regiones más perjudicadas, seguida de los BRICS+ (54%), EE. UU. (50%) y China (44%).
En este escenario de incertidumbre, las cadenas globales de suministro vuelven a estar en el punto de mira. Un revelador 82% considera que se verán seriamente afectadas y el 70% apunta a una posible relocalización industrial hacia entornos más cercanos, lo que podría suponer una oportunidad para países como España en sectores como el textil o el calzado.
La automoción aparece como el sector más vulnerable, seguido de las exportaciones/importaciones, el agroalimentario y la industria tecnológica. Al contrario, el turismo parece el menos impactado, aunque no exento de riesgos.
En paralelo, las políticas medioambientales sufren un retroceso: el 79% de los encuestados cree que se reducirá la inversión en la lucha contra el cambio climático, especialmente en Estados Unidos. Solo un 38% espera que la UE mantenga sus compromisos climáticos.
En cuanto a España, el informe constata que la economía sigue resistiendo. Tras cerrar 2024 con un crecimiento del 3,2%, los expertos prevén que el PIB se elevará un 2,3% en 2025 y un 1,9% en 2026, superando las medias europeas. El empleo se mantiene sólido y la mayoría de los encuestados considera “buena” la situación actual de empresas y familias.
No obstante, las exportaciones se presentan como el gran talón de Aquiles: el 47% cree que disminuirán en los próximos meses y nadie prevé una mejora. La fortaleza del euro frente al dólar y la caída de la demanda externa podrían erosionar la competitividad.
Por su parte, el 91% de los expertos anticipa que el tipo de depósito del BCE se situará entre el 2,25% y el 2,75% en junio, mientras que un 72% prevé que la inflación en España se mantenga por encima del 2,5% en el primer semestre del año.
En este contexto de extraordinaria incertidumbre, como lo ha calificado el Banco de España, la clave estará en evitar una espiral proteccionista que socave los avances logrados tras décadas de globalización. El 97% de los encuestados coincide en que el multilateralismo perderá peso, mientras que un 83% mantiene la esperanza de una pronta resolución de los conflictos en Gaza y Ucrania.