En un entorno sanitario en plena transformación tecnológica, el liderazgo cobra un valor estratégico. Así lo manifestó Emilia de Alonso, directora general de Hologic para España y Portugal, durante un reciente encuentro organizado por la Asociación Española de Directivos (AED), donde compartió su visión sobre el papel del directivo ante los retos del sector salud. Lejos de centrar su intervención exclusivamente en la innovación tecnológica, Alonso puso el acento en la gestión del talento, la cultura organizativa y el impacto humano de las decisiones directivas.
“Mi mayor éxito profesional es mi equipo”, afirmó sin ambages. Un equipo que ha construido desde cero y que, según explicó, representa la base de todos los logros obtenidos en Hologic. La directora general reivindicó un estilo de liderazgo orientado a la confianza, la autonomía y la responsabilidad individual. “Soy cero micromanager, no tengo tiempo para serlo y no lo entiendo. Me gusta la gente que se reta a sí misma y que es capaz de trabajar con iniciativa propia”, apuntó Alonso.
En su intervención, la directora alertó sobre el bajo nivel de compromiso que a menudo detecta en los procesos de selección: “Muchas veces la gente ni se prepara las entrevistas. Yo necesito personas que entiendan qué impacto tiene su trabajo en la vida de los demás”. También destacó la importancia de identificar perfiles capaces de asumir errores como parte del proceso de aprendizaje: “Equivocarse forma parte del viaje y del proceso de aprendizaje”, subrayó.
Asimismo, Alonso lamentó que, en muchas organizaciones, los profesionales tengan miedo a expresar su opinión o a cuestionar decisiones estratégicas. “Me parece un error. A mí me gusta que me reten de forma argumentada. Sólo así se mejora”. Su defensa de un entorno meritocrático, abierto y exigente conecta con una visión moderna del liderazgo que, en su opinión, aún no está suficientemente extendida en el ámbito sanitario.
A partir de esa visión de liderazgo, Alonso abordó los desafíos tecnológicos del sector y abogó por una mayor integración entre el sector público y privado. “Tenemos que dejar de vernos como competidores”, señaló, poniendo como ejemplo a países como Alemania o los Países Bajos, donde la colaboración público-privada está normalizada y se traduce en mayores niveles de eficiencia y acceso equitativo a la tecnología.
La directora general defendió que la digitalización está transformando no solo los procesos, sino el enfoque completo de la atención sanitaria: “Pasaremos de un abordaje en el que vayamos al médico porque nos encontramos mal, a un abordaje que sea preventivo”, explicó. Esa transición exige sistemas capaces de anticipar patologías, y tecnologías como la inteligencia artificial están llamadas a desempeñar un papel clave en ese cambio.
En el caso de Hologic, empresa especializada en tecnología médica orientada a la salud de la mujer, la aplicación de inteligencia artificial en áreas como el cáncer de mama ya está dando resultados concretos. “El hecho de usar inteligencia artificial permite detectar lesiones que no son tan llamativas. El diagnóstico lo sigue firmando el profesional, pero esta tecnología le da herramientas para anticipar tratamientos menos invasivos”, reveló la experta.
Ahora bien, esta evolución no está exenta de barreras. La primera, según Alonso, es estructural: “Tenemos soluciones que están aprobadas, pero su implementación depende de que los hospitales inviertan en infraestructura”, admitió. La segunda es formativa. La capacitación en nuevas tecnologías sigue siendo escasa y desigual.
Alonso también alertó sobre la desigualdad territorial en el acceso a la innovación médica: “No es lo mismo tratarte en Madrid que en el Sur o en el Norte. Esta tecnología debería estar abierta a cualquier paciente”, admitió.
Pese a las dificultades, Alonso se mostró convencida de que el cambio es imparable: “Creo que dentro de 15 años lo que ahora entendemos por sanidad no tendrá nada que ver. Será completamente diferente”, sentenció la directora general.