En un encuentro organizado por la Asociación Española de Directivos (AED), dos destacadas figuras del ámbito empresarial internacional, Osmar Polo, CEO de T-Systems Iberia, y Sacha Michaud, cofundador de Glovo, compartieron su visión sobre la realidad económica y empresarial de España y Cataluña. El debate, moderado por Rita Almela, presidenta del Consejo de AED en Cataluña y Head of Innovation del World Trade Center, evidenció el atractivo del ecosistema catalán para el talento y la inversión extranjera, al tiempo que se apuntaron desafíos estructurales a superar.
Durante la conversación, ambos directivos destacaron la transformación de Barcelona en un polo de innovación tecnológica. Michaud, afincado en la ciudad desde antes de los Juegos Olímpicos del 92, subrayó su evolución desde “un pequeño secreto” hasta una urbe internacional capaz de competir con Londres, París o Berlín por talento tecnológico. “Barcelona combina calidad de vida, diversidad y un ecosistema vibrante, factores que resultan determinantes a la hora de atraer profesionales altamente cualificados”, señaló el fundador de Glovo, quien también alertó sobre la necesidad de una fiscalidad más favorable para retener ese talento.
En sintonía, Osmar Polo destacó la apuesta de T-Systems por Cataluña con la implantación de centros tecnológicos en Reus y la nueva sede en el 22@. “No se trata sólo de dar servicio local, sino de posicionar España como centro estratégico del grupo para el sur de Europa”, afirmó, destacando la reciente inversión en una infraestructura de cloud privada que compitió con localizaciones en Suiza, Reino Unido y Francia.
Michaud expuso con claridad los elementos que, a su juicio, deben confluir para consolidar un verdadero hub tecnológico: talento, capital y regulación positiva. “España ha avanzado mucho, pero aún proyecta una imagen ‘anti-tech’ en algunas áreas. Casos como los de Uber o Airbnb, que han sido frenados en lugar de regulados inteligentemente, envían señales equivocadas al inversor internacional”, argumentó. Puso como ejemplo los avances de París y Lisboa en este ámbito, gracias a políticas gubernamentales proactivas que han convertido a ambas capitales en destinos atractivos para startups y fondos de inversión.
Por su parte, Polo recalcó la necesidad de avanzar hacia un sistema educativo más ágil y alineado con las necesidades del mercado. “La universidad española tarda años en adaptar su oferta a las competencias que realmente se requieren. Necesitamos cambios estructurales, desde la educación básica hasta los ciclos formativos superiores”, indicó.
En un entorno de altísima competencia por el talento, retener o más bien fidelizar a los profesionales se convierte en una prioridad. Tanto Glovo como T-Systems han puesto el foco en la cultura corporativa, los espacios colaborativos y los planes de desarrollo individual. Michaud remarcó que la pasión compartida por el propósito de la empresa es más determinante que el currículum: “La cultura gana al conocimiento técnico. Lo contagioso es trabajar con personas apasionadas”.
En el cierre del evento, Almela apuntó a la importancia de especializar a Cataluña en sectores donde ya cuenta con una base sólida: salud, turismo, industria farmacéutica y automoción sostenible. Michaud y Polo coincidieron en que la colaboración público-privada y el liderazgo político serán claves para dar el salto cualitativo y consolidar a Barcelona como capital tecnológica europea.
