La oficina ha dejado de ser un simple lugar de trabajo para convertirse en una auténtica palanca de valor corporativo. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Evolving Workplaces: El espacio de trabajo como motor de crecimiento, elaborado por ISS, empresa líder en gestión del workplace y facility management. El informe, basado en casi 11.000 encuestas en 15 países —incluidos los principales mercados europeos— y en entrevistas en profundidad con líderes empresariales, analiza la profunda transformación que atraviesan hoy los entornos laborales.
Según el informe, el 99% de los empleados, tanto en España como a nivel global, reconocen ventajas tangibles en acudir a la oficina. La principal: la interacción social y la experiencia compartida (51% global, 48% en España). En un contexto donde el trabajo híbrido es ya la norma (86% en España trabaja bajo este modelo), la oficina emerge como un “centro de conexión” que refuerza la cultura organizativa, la innovación y el sentido de pertenencia.
No obstante, los modelos híbridos requieren ser cuidadosamente diseñados. El 88% de los encuestados advierte sobre riesgos del teletrabajo prolongado, como el deterioro de las relaciones profesionales y personales. En España, el 43% sitúa este factor como el principal peligro.
Flexibilidad sí, pero con estructura
El equilibrio entre flexibilidad y estructura se convierte en un elemento clave de competitividad. El informe constata que los empleados que teletrabajan uno o dos días por semana son los más satisfechos con sus empresas, mientras que aquellos que lo hacen en remoto cinco días muestran niveles de satisfacción considerablemente inferiores. La política de flexibilidad tiene un impacto hasta cinco veces mayor en la satisfacción global que la frecuencia de teletrabajo.
La calidad del entorno influye directamente en la productividad y la asistencia presencial. Según el estudio, el 64% de los empleados acudiría con mayor frecuencia a la oficina si ésta ofreciera mejores experiencias e instalaciones. Entre los elementos más valorados destacan: servicios de restauración gratuitos, zonas tranquilas para la concentración, espacios colaborativos y beneficios como gimnasio o transporte subvencionado.
La sostenibilidad también gana peso: el 84% de los empleados considera importante que su empresa tenga iniciativas claras en este ámbito, como edificios energéticamente eficientes o entornos sin papel. La inteligencia artificial, por su parte, se vislumbra como catalizador de personalización y eficiencia en el diseño de los espacios.
Por otro lado, la demanda de mayor autonomía es evidente: el 30% de los encuestados cita la falta de flexibilidad como causa principal de insatisfacción laboral. A su vez, el 25% menciona específicamente la calidad del entorno físico como motivo de descontento, lo que alerta sobre el riesgo de desafección y rotación si las oficinas no se adaptan a las expectativas actuales. A partir de los resultados del estudio, ISS propone una hoja de ruta concisa para los líderes corporativos responsables de entornos laborales: planificar modelos híbridos sostenibles y flexibles que se adapten a la ocupación cambiante; rediseñar las oficinas como espacios que fomenten la colaboración, el sentido de pertenencia y la cohesión cultural; invertir en instalaciones de calidad y tecnología avanzada que mejoren la experiencia del empleado; integrar la sostenibilidad como eje estratégico y comunicar de forma activa los avances; y, por último, medir de forma regular la experiencia del usuario para ajustar las políticas y servicios a las necesidades reales de la plantilla.