Conseguir que las personas alcancen una vida en plenitud es el principal objetivo del coaching. Así lo explicaron Ana Guiu, experta en talleres de autoconocimiento personal y Fernando Sinesio, experto en gestión del cambio y crecimiento creativo, en el Taller que la Comisión de Jóvenes Directivos de la AED ofreció a sus socios gratuitamente el pasado 10 de febrero.
En un proceso de coaching, el coach acompaña a su cliente (o coachee) en el proceso de descubrir en qué situación se encuentra y hacia el objetivo o futuro al que se quiere dirigir. A dónde quieres ir o en quién te quieres convertir esta es la difícil pregunta a la que el couchee debe enfrentarse al someterse a un proceso de coaching.
Con la frase Creamos lo que creemos, Ana Guiu explicó cómo lo que creemos condiciona nuestros actos. Identificar cuáles son las creencias limitantes, las suposiciones que limitan nuestra voluntad y nuestros actos y, por lo tanto, nos impiden la consecución de nuestros objetivos.
Entre el Couch y el coachee debe siempre establecerse una relación de confianza. El Coach parte de la base que su cliente es una persona creativa, completa y llena de recursos y, por tanto, capaz de todo. Sobre esta premisa, y siempre con la confianza del coachee, el Coach acompaña a su cliente en este proceso de autoconocimiento y desarrollo personal ofreciéndole apoyo, estímulos, desempeñando el rol de espejo. Nunca dando consejos. El principal objetivo del Coach es que el coachee consiga por sí mismo una vida de plenitud, es decir, que viva la vida honrando cada día sus valores personales, los que realmente siente.
A partir de unas dinámicas de juego, Ana y Fernando ofrecieron a los socios asistentes al Taller la posibilidad de indagar en sus sentimientos, tratando de reconocer que sensaciones internas nos producen algunas de las situaciones, personales y profesionales, a las que un directivo debe hacer frente a diario.
Los socios asistentes a este Taller de Coaching valoraron muy positivamente la experiencia.