¿Puede la reputación de una empresa influir directamente en su volumen de negocio? La respuesta es sí, y cada vez más. Pero no solo la compañía debe saber manejar su reputación, también sus directivos deben trabajar la suya propia para poder reflejar externamente los valores de la compañía. Conoce las claves que conducen al éxito de una buena reputación de la mano de expertos en la materia como la propietaria y Directora General de Roman, Silvia Alsina; el subdirector general de Comunicación, RRII y RSC de Mutua Madrileña y Director General de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin; el Director corporativo de Comunicación, Marketing y RRII de Gestamp, Miguel López Quesada; y la Fundadora y directora ejecutiva de TrustMaker, Sandra Sotillo.
1. Comprender la reputación como un aspecto determinante en la generación de negocio. Actualmente los valores intangibles que mueven a las compañías influyen directamente en la toma de decisiones de los públicos objetivos con los que trabaja. Así pues, una buena reputación reduce la incertidumbre y mejora la confianza que se tiene de una organización, incidiendo directamente en su capacidad de hacer negocios y llegar a acuerdos estratégicos para la compañía.
2. El público interno ha pasado a ser clave en las organizaciones. La pandemia ha manifestado la importancia de situar a los equipos de trabajo en el centro, parte fundamental en la consecución de los objetivos de las organizaciones.
3. La reputación de la compañía va más allá de lo que transmite el producto. Si el producto, antes de la crisis del Covid, representaba un 25% de la reputación de la compañía, actualmente apenas supone un 17%. Como consecuencia, ahora es mucho más importante que los públicos objetivos (proveedores, clientes, entidades sociales, instituciones públicas…) conozcan los valores intangibles que mueven a las compañías. El cliente da más peso a otros aspectos corporativos que llevan a cabo las empresas y que son los que realmente conectan con el público objetivo. Se estima que aproximadamente el 84% del valor de las compañías llega a través de los activos intangibles, siendo la reputación uno de los más valorados.
4.La reputación del directivo como reflejo de la empresa y viceversa. Los directivos también reflejan la reputación empresarial a través de su marca personal, influyendo directamente en la percepción que los stakeholders tienen de la compañía. Resulta imprescindible que las organizaciones busquen un líder visible que encaje con lo que quieren transmitir como organización.
5.Respaldo de los consejos directivos. Las variables intangibles deben ser cuestiones que se encuentren representadas en los consejos directivos, quienes deben tratar e integrar estos aspectos como parte fundamental de su operativa. Ser conscientes de la relevancia de los aspectos corporativos en la escala de valor de las organizaciones se convierte en imprescindible.
6.Hacer pedagogía de empresa. Los empresarios y directivos del post COVID-19 no pueden dar solo importancia a la reputación cuando hay crisis, deben entender e interiorizar el impacto global que tienen la reputación en su negocio.